Sin duda, lo que más ha terminado llamando la atención de MotoGP del pasado fin de semana ha sido el pique Pedrosa-Lorenzo. La vida tiene eso, una buena gresca es capaz de encender más pasiones que otra serie de cosas. Sé que mucha gente pensará que qué absurdo o que ganas de malmeter en un deporte como este. Pero, que nadie se engañe: la F1 encendió a todo el mundo el año pasado, además de por lo apretado del título, por la bronca Hamilton-Alonso. Porque no sería por esas interminables carreras a setenta y no se cuantas vueltas en las que nada cambiaba...
Esa salsilla es positiva, y los grandes duelos siempre han alimentado grandes pasiones. Me da que en España hay más 'pedrosistas' que 'lorenzistas', pero también intuyo que crecen a mayor ritmo el número de los que apoyan al 48 que los que lo hacen al 2. Por una simple razón de que uno ha llegado, y el otro ya está.
De la carrera en sí todo el mundo se ha olvidado del torturador Stoner. Sí, él estaba allí, y ganó. Una portada de revista esta semana titulaba con un irónico 'Hay que secuestrar a Stoner', y más nos vale que no haya que llegar a eso... Ah, un detalle que pasó desapercibido del domingo: Casey utilizó unos neumáticos con las mismas especificaciones que los de 2007. En 2008 tuvimos 15º de temperatura, y el año pasado ¡45º! Surrealista. Tendremos que esperar dos o tres GGPP para ver si estamos ante su segundo monólogo.
Sobre Pedrosa y Lorenzo me quedo con un par de detalles: del primero, la salida, alucinante, de las mejores que he visto en mi vida; del segundo, que estuviese tan tranquilo en un grupo 'criminal' como el del domingo, se pusiese delante de todos (menos uno) e impusiese su ritmo al estilo 250, cuando desde la segunda mitad de las carreras no le veían el pelo.
¡Qué llegue ya Jerez!
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